Ámame cielo bajotemblor de las ramas, ámamedime cualquier cosa importanteentre las luces de las insigniasy las luces de los amores breves,viento, tú,sugiere cualquier cosa a mi cerebro envejecidodonde ramifica el coralcualquier cosa a mi pecho de algodónde azúcar - -y al vientreque vaciada la conchamurmura el mar.Viento acaricia estos techosplanos, las cerámicas y los niños en las terrazas, mitrago, dimecualquier cosa de amorno omitas nadasólo deja atrás los lamentos, perotodo el resto de la vidacanciones, algarabía de gozo, silencio y majestad,largos suspiros y aliento entorpecido ¡propón, viento, propón!Es la noche justa esta noche,no perdamos la ocasión de hacer llegaresta dulce carretilla cargadahasta lo eterno,pero muevetú esas ruedas, también desde el infiernoun soplo, te lo ruego,de los tuyos, un soplo…Un tiempo se prepara volubley cruel, treceañerasse fijan en un video por horasla luz que sin ardor viene de la red,seda fugaz en los ojossorprendidos hasta sentir una leveincomodidad por la existencia del dolorcon la boca abierta vende cerca e igualmente dentro de ellasacaecer la muerte. Serán fácilespresas asustadas para los vendedores que despachanun mundo perfecto.Pero tú viento que nadie sabe dóndedime cualquier cosa bien clarocualquier cosa que entre en la médula espinal y en aquél silencio nativosea defendido, veloz,más del reflejo sobre el vidrio del trenque captura en la luz mi rostroun instante como un instantecualquier cosa más veloz que no ser más nada.En esta edad del feelinglos escritores más notables llegan a las mismas conclusiones de los publicistas,y todo está abierto, los museos, los pubs y las iglesias,y los domingos las salas parlamentariaspara la visita confusa de la gente que le dicea todo ¡es bonito! pero no sabequé es preguntar.Yo recuerdolas manos cerradas de mi madre,los ojos cerrados para siempre de Marta.Yque cada cosa tiene un secretosi no lo preguntas desaparece.Traeremos hijosa la luz y los expondremostambién a las tinieblas,a veces haremos grandes festejosy gritos de placer o de penasin imprimir movimientoa toda la vida ¿qué hay en la vida?La oscuridad es sólo la oscuridadgoce es goce, los océanosen silencio ¿sólo vastosilencio de océanos?Pero el fuego claro, febril del díaque desciende entre los árboles¿quién lo mira? ¿quién es experto del aire,del dolor? ¿quién sigue las líneas de las manos del abeduly advierte el desamarre de las moléculas,la noticia minúscula en la crónica como cualquier cosa que tiene que ver con su amor?Dónde están las blasfemias y visiones,romper las cáscaras de las buenas maneras.Hacer de síuna oficina de reclamosdonde se deshojan revistas y está prohibido fumarno es digno y tampoco de buen gustohacer de sí un silencioso, plácido acuario no sé si valga la pena,prefiero al equilibrio el viajar sobre lo que queda de un viejo troncoque en peligro se inclinapersiguiéndola a ella, Moby, bailarinaballena que tiembla en el centro de los ojos.Nada es como entrar perdido bajo las bóvedas de una catedral.Decir en voz baja ave María el mundo no termina.O caminarhacia el rostroque no tiene escándalo del mal.Ah, ¿qué cosasaferrar sino aquellode lo cual estamos siempre aferrados?El simple conocimiento del movimientoal caminar en la avenidas traficadas,como el hombre que se detiene en las escalerasy no se recuerda el motivo,la sorpresade trabajar en el mismo trabajo que mueve todas las horas en la creación,el hilo de las figuras con las cuales se agarran los planetas y aquellas sobre la escribaníadejadas en orden por la secretariaantes de apagar la luz, y partir.Ámame cielo bajo, yo lo séque el amor siempre sorprendey siempre trabaja,lo sé también esta noche en la que algo más que este whisky en el vaso termina,levantando los ojos que tienen fiebresobre las luces de una ciudad italianaque encanta y hiere.Tú, viento que nadie sabe dóndecontinúa y dibuja figuras que no comprendemosen el movimiento de las nubessobre la lumbre débil de la luna,en la sombra que se refleja en los vidrios de mi casaen el edificio que tengo al frente.Y deja que cante en esta nocheun rostro que tiene dolor y gloriaen partes iguales de la mirada.